En la mayor crisis de su historia y que le llevo a cambiar de CEO poniendo a Satya Nadella al frente de Microsoft, Bill Gates dijo:
“El éxito es un pésimo maestro. Seduce a las personas inteligentes a pensar que no pueden perder.”
Viniendo de Bill Gates, esta frase tiene enjundia. Vaya que si la tiene.
¿Tú también piensas que no puedes perder?
En caso de que no lo pienses, debes saber que tu trabajo es evitarlo.
La responsabilidad más importante de un líder es identificar los retos que tiene su organización para avanzar y diseñar una estrategia coherente para superarlos.
Citaba a Rumelt la semana pasada cuando escribió:
“una estrategia es un conjunto coherente de análisis, conceptos, políticas, argumentos y acciones que responden a un reto de gran envergadura.”
Pregúntate, ¿Cuál es el mayor reto de tu empresa?
Porque de esto trata la estrategia. De hacer algo más que impulsarte hacia un objetivo o una visión.
Una buena estrategia reconoce los retos a los que se enfrenta una empresa y proporciona un enfoque para superarlos.
Este gran reto, es un desafío al que te enfrentas en el camino hacia tu Visión que es preciso que resuelvas. De lo contrario lo que tienes es una declaración de intenciones, una lista de cosas que deseas que ocurran.
Solo esto.
Oye, igual tampoco está mal.
Pero poco tiene que ver con la estrategia.
Yo observo que tener objetivos de rendimiento a tres o cinco años, combinados con proyecciones de cuotas de mercado y presupuestos revisables afecta a demasiados «planes estratégicos» corporativos.
Y digo afecta porque son poco útiles en la práctica. Si no identificas y analizas los obstáculos, no los alcanzarás.
Con un elefante en el ascensor no puedes subir y bajar por él.
Muchas empresas lo intentan, invierten en más productos y mercados, y presionan a sus directivos para aumentar las ventas, mientras el negocio se erosiona.
¿Quieres sacar al elefante del ascensor? Pregúntate: “¿Qué está pasando aquí?”.
Así de fácil.
Gran parte del trabajo en estrategia es averiguar qué está pasando.
Sólo luego de entender el «por qué» te puedes centrar en el «qué» y en el «cómo» lo vas a hacer.
Ese «por qué» puede ser Externo o Interno:
La pérdida o dependencia creciente de un cliente, un producto o un mercado, una tendencia con riesgo o una tecnología disruptiva, u oportunidad de mercado, …
Puede ser una crisis en tu desempeño, de resultados o liquidez, lentitud o incapacidad para adaptarse a un cambio sustancial, un cambio en el modelo de negocio, en el accionariado, …
Querido lector, la estrategia no puede ser un concepto útil para ti y tu equipo si sólo significa éxito.
En lugar de trabajar una estrategia para «liderar el mundo», debes sacar al elefante del ascensor.
Pasa un gran día.
Si te gustan mis contenidos, puedes conseguir semanalmente otros exclusivos para suscriptores. Regístrate en mi newsletter «Estrategia Anti-frágil»